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LA VIDA ES UNA OBRA DE TEATRO QUE NO PERMITE ENSAYOS…POR ESO CANTA, RIE, BAILA, LLORA Y VIVE CADA MOMENTO DE TU VIDA INTENSAMENTE ANTES QUE EL TELON BAJE Y LA OBRA TERMINE SIN APLAUSOS.

domingo, 9 de abril de 2017

Quisiera amar la eternidad.

Dentro nuestro, debe haber algo que es infinito. De uno u otro modo y en diferentes grados, podemos percibirlo.
La negación al final, el miedo a la muerte, incluso la angustia por la incertidumbre de lo que pasa más allá de esta vida, son una señal que el diseño del ser humano, tiene algo de infinito en lo más íntimo de su ser.
Pero a la vez pensar en el "No fin", me hace pensar en cierto cansancio o fatiga, quizás porque el modelo de la sociedad y sus costumbres, a veces golpean nuestras emociones con sentimientos negativos.
Una parte de mi, se niega a pensar que se acaba todo en el momento que das tu último suspiro. Es como si algo en mi cerebro me hiciese sentir que esto definitivamente no puede acabar aquí. La consiencia de mi propia existencia y de ocupar un lugar en este infinito universo, me hace pensar que estamos dotados para mucho más que un fragmento de existencia, limitados a un tiempo y un espacio.
Por otra parte, al afirmar que en definitiva, después de el aparente fin de nuestra existencia, en efecto hay algo más, me resulta como una carga. El hecho de sentirme impotente porque ya empecé a existir, ahora tengo que proseguir con lo que corresponda, me resulta agotador, sin siquiera haber experimentado qué es lo que hay después.
Tal vez para asimilar la eternidad o lo infinito de esta esencia que llevamos dentro, basta comprender que este mundo hostil, no tiene una réplica o cosa similar en lo que hay después de ese incierto final o paso a otro estado del ser.
Cuando cruce esa línea a lo que ahora me es desconocido, espero poder amar la eternidad.

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