Casi siempre la gente me decepciona. Suena un poco petulante pero es cierto.
Tenemos a veces manías muy desagradables.
Me incluyo porque también soy de esta especie que tiene comportamientos tan extraños a pesar de poder razonar.
Dañar a otros es algo que nunca entenderé por qué lo hacemos, envidiar, destruir, ultrajar, son el pan diario a pequeña o gran escala.
Nos creemos mejores aunque estemos llenos de defectos.
En realidad me decepciono a mi misma. Eso es peor porque nunca te puedes deshacer de aquella voz interna que te reprocha.

¿Qué tan lejos está lo esperado?
Vivir con esperanzas ayuda es cierto, pero si ves que pasa y pasa el tiempo y las cosas en lugar de mejorar empeoran, ¿Qué hacer en esa instancia?
No siempre se tiene energía para pensar positivo, a veces el cansacio se apodera de tal manera que nos  ver que nada ha mejorado.
Quisiera ser más fuerte en la esperanza, más decicida para producir algo si fuese necesario.
La prisa nos hace cometer errores, pero la espera desgasta.

Reflexionar mucho no sirve si a la larga no tomamos una desición.

No te creas desdichado/a

Es muy fácil que lleguen a tu mente ideas que te hagan pensar que eres una persona desdichada, existe en algunos, la tendencia a pensar que todo cuando son y hacen está marcado por cosas desagradables.
Siendo un poco más específica: cuando cometes un error, te censuras con severidad;  cuando alguien te hace un desplante, te sientes como si un camión te hubiese pasado por encima, cuando alguien hace malos comentarios, se te daña el resto de día.
No tienes porqué pensar que estás marcado por la desdicha, lo cierto es que todos tienen momentos malos y buenos. Y si bien no siempre serás del agrado de algunos, lo importante es que seas auténtico.
No es cierto que eres un desdichado, no es cierto que todo lo malo te pasa a ti, no es cierto que tu situación es la peor de todas, si te enfocas en lo importante y disfrutas todo empezará a ser diferente.
Así que rechaza esos pensamientos de fracaso, cambia el chip mental. Si algo malo sucedió, pasa la hoja, si algo bueno sucede disftutalo y pasa la hoja.
La vida es del color que tu la pintes, deja a un lado los tonos grisáceos y utiliza esa inmensa gama cromática que tienes a tu disposición.