Hoy vi una chica caminando por la calle y me recordó a mi. Quizás no físicamente, si no más bien por su actitud: cabizbaja, temerosa e insegura.
Quisiera tener la capacidad de hacerle entender que está llena de tesoros valiosos. Pensé: Ojalá pudiese de alguna forma influenciarla para hacerle entender que no todo es tan gris como parece, que no todos son defectos, que su singularidad la hace hermosa.
Quizás en un mundo paralelo me hubiese acercado para decirle: te regalo este libro-tutorial para que camines por el mundo con paso firme e intimidante. En un mundo paralelo claro, porque lo cierto es que me ví reflejada en ella, porque padezco de los mismos males. Cierto, primero tengo que hacerme entender eso a mi misma.
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