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LA VIDA ES UNA OBRA DE TEATRO QUE NO PERMITE ENSAYOS…POR ESO CANTA, RIE, BAILA, LLORA Y VIVE CADA MOMENTO DE TU VIDA INTENSAMENTE ANTES QUE EL TELON BAJE Y LA OBRA TERMINE SIN APLAUSOS.
miércoles, 5 de febrero de 2014
Era un ladrón profesional. Su nombre atemoriza como los vientos del desierto agitan las plantas. Aterrorizó a la empresa de diligencias Wells Fargo durante trece
años, rugiendo como un tomado que entraba y salía de las Sierras Nevadas, espantando a
los más rudos colonizadores de las zonas fronterizas. En los periódicos, desde San
Francisco hasta Nueva York, su nombre se convirtió en sinónimo de peligro para la
frontera.
Durante su imperio de terror, entre 1875 y 1883, se le acusó de robar las bolsas y el
aliento de un total de veintinueve conjuntos de tripulantes. Y todo lo hizo sin disparar un
solo tiro.
Su arma era su reputación. Su munición era la intimidación.
Una máscara le ocultaba el rostro. Ninguna víctima lo vio jamás. Ningún artista dibujó
alguna vez sus facciones. Ningún sheriff pudo seguirle la pista. Nunca disparó un tiro ni se
llevó un rehén. No tenía que hacerlo. Su presencia bastaba para paralizar.
Black Bart. Un bandido enmascarado que portaba un arma mortal.
Me recuerda a otro ladrón, uno que todavía anda dando vueltas. Usted lo conoce. Nunca
ha visto su rostro. No le sería posible describir su voz ni dibujar su perfil. Pero cuando está
cerca de usted, lo sabe en un instante.
Si alguna vez ha estado en el hospital, ha percibido el apergaminado roce de su mano
contra la suya.
Si alguna vez ha tenido la sensación de que lo seguían, ha sentido su aliento frío sobre
su nuca.
Si se ha despertado avanzada la noche en una habitación desconocida, fue el susurro
áspero de él lo que le robó el sueño.
Usted lo conoce.
Fue el ladrón que le provocó el sudor de las palmas cuando se presentó a la entrevista
de trabajo.
Fue el engañador que lo convenció para que cambiase su integridad por popularidad.Y fue el desgraciado que le susurró al oído mientras se alejaba del cementerio: «Tal vez
seas el próximo».
Es el Black Bart del alma. No desea su dinero. No desea sus diamantes. No le interesa
su auto. Desea algo mucho más preciado. Quiere su paz mental, su gozo.
¿Su nombre?
Temor.
Su tarea es quitarle el valor y dejarlo tímido y tembloroso. Su modus operandi es
manipularlo con misterios, provocarlo con lo desconocido. Temor a la muerte, temor al
fracaso, temor a Dios, temor al mañana, su arsenal es vasto. ¿Su objetivo? Crear almas
cobardes, carentes de gozo.
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